El maquillaje no es un terreno exclusivo de las mujeres ni es nada nuevo, los hombres se maquillan desde hace más de 3000 años. Sí, como lo oyes.
En el antiguo Egipto el maquillaje era usado para enfatizar la mirada y dar "poder", se usaban ungüentos para mantener la humedad de la piel y evitar arrugas. Los egipcios creían que la limpieza y la belleza agradaban a los dioses, por lo que usaban aceites perfumados, se bañaban a diario en el rio o en sus hogares, y usaban diferentes tintes para teñir la piel, el cuerpo y el cabello.
En la época romana la mayoría de los romanos usaban cosméticos para tener buen aspecto y en la edad media la piel pálida era un signo de riqueza, en este escenario, llegaban a tomar medidas extremas aplicando una combinación de hidróxido de carbonato y óxido de plomo como polvo facial y otras como practicarse sangrías para perder el color de las mejillas y parecer más pálidos.
Durante los siguiente siglos la mujer toma protagonismo en el mundo del maquillaje y la industria cosmética crece de forma exponencial.
Técnicas como la del contouring, que puso de moda Kim Kardashian, fue desarrollada por transexuales para afinar sus facciones y verse más femeninos.
En nuestro días existen muchos casos en los que los hombres pueden recurrir al maquillaje, por ejemplo, cuando es una figura pública que ese expone a cámaras, videos, eventos... y quiere cuidar su aspecto físico, o porque tiene imperfecciones o cicatrices y necesitan cubrirlas. La cosmética masculina ya no es un tema extraño en pleno siglo XXI. El hombre se maquilla como viene haciendo la mujer, pero el método y el objetivo son distintos.
Hoy en día no es raro ver a hombres que cuidan su imagen personal acudir a salones de belleza para realizarse tratamientos, depilarse, hacerse manicuras o teñirse el pelo, existen un sinfín de productos creados para ellos, como cremas, serum limpiadores, lociones humectantes, geles y maquillaje para todo tipo de piel.
El maquillaje desde sus orígenes ha servido como instrumento de comunicación no verbal remontándose en su uso a la prehistoria, periodo en que se aplicaban arcilla en la cara y hoy en día no deja de transmitir; salud, buen aspecto, limpieza... los hombres pueden buscar en el maquillaje mejorar la armonía del rostro, definir sus cejas, agrandar o levantar sus pestañas, cubrir alguna imperfección, o simplemente usar una crema hidratante para el rostro y conseguir un aspecto más saludable, bien porque simplemente les apetece sentirse bien, por tener que exponerse a cámaras ya sea en una sesión de fotos o vídeo o porque las exigencias de guión lo precisan como en el caso de los actores, modelos, periodistas, etc.
Aprender a realizar de forma profesional maquillajes naturales y favorecedores para hombre es cada vez un servicio más demandado y una de las aptitudes que debe dominar cualquier maquillador que quiera dedicarse de forma profesional al sector de la imagen personal.
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